martes, 26 de junio de 2012

Anginas y otras parajodas


Hoy os vengo a contar el motivo del blog. Muchos pensaréis, y más conociéndome, que he abierto este maravilloso chiringuito para vomitar toda mi caquita de una forma graciosilla. Pues bien, nada más lejos de la realidad: esto es un blog Erasmus. Porque, muy señores míos, me voy a Polonia. El año que viene estaré estudiando por esas maravillosas tierras. Sí, aterido de frío, que ya lo digo yo para que no me lo digáis vosotros, cómo sois!
Con este inventillo, la gente que me tenga un mínimo de aprecio podrá seguir mis aventuras por allí y la gente que sude de leer mi humilde blog  recibirá todo mi castigo de parte del señor látigo de la indiferencia.

            - Individuo que no me lee: Le polski, ¿tienes sitio el mes que viene para acogernos en tu casa y que te hagamos una visitilla?
             -  Látigo de la indiferencia: ¿Y tu madre qué tal mea?

No os he dicho la ciudad, así que os dejo con una foto de su plaza. Que sí, pesaditos… que de verdad que no le he quitado la nieve con fotochop.



Y os preguntaréis qué me hace estar tan ocioso ahora como para poder abrir este tinglao. Razón no os falta, os diré que estoy de vacaciones. Y os preguntaréis qué me hace ser tan intenso de estar haciendo esto. Razón no os falta, cabrones! Parajodas de la vida: tengo anginas. Media España se muere de calor y yo agonizo de anginas, hay que joderse. Pero os diré algo que me hace muy muy muy muy feliz: tengo todo el tiempo del mundo para poder ponerme bueno y disfrutar tranquilamente de mi enfermedad. Durante el curso está bien jodida la cosa: si te pones malo… NO HAY TIEMPO PARA PONERSE MALO! Y yo, ahora, saboreo gustosamente este estado de letargo y drogas que me regalan mis queridas amigas Amig y Dalas. Dalas es la amígdala izquierda y es mucho menos amigable que Amig: la muy putilla duele.

Que yo soy muy de quejarme por todo, os tengo que decir. Pero en este blog prometo sólo quejarme con razón. Normalmente no hago demasiada distinción. Y os prometo también no publicar nada relacionado con:


            - No sé que publicar.
            - La pereza me puede, tengo el blog abandonado, etc.


Si lo hago, comprenderé vuestras ganas de echarme en la comida estramonio. Como las mismas ganas tengo yo de darles una tortillita de Prozac a los de primero de arquitectura cuando les veo por los pasillos comentar cuan agobiados están y cuanto tienen que renunciar a su maravillosa vida por estudiar arquitectura o arqui-tortura (como a ellos les gusta llamarla). Sí, yo también hacía esos comentarios: gran error. Menos mal que pronto llegó la resignación y el redbull. Así pues, resignaros pronto y dejad esa etapa amateur. Aquí el único que se queja soy yo, no me abubilleeis mi lamento boliviano.

Y para lamento, lo último que os tengo que contar. Viene de la mano de JT-ay-ay-pereza-infinitérrima. JT es Joaquín Torres, arquitecto del estudio a-cero (sí, en minúsculas) aunque le conoceréis más por sus apariciones televisivas fular al cuello y gran aureola resplandeciente propia de un premio Pritzker (ja-ja-ja).
Cometí la tontería de quedarme a verle en la tele por si acaso podía abubillear algo de su saber. Qué me gusta a mí un abubilleo en tiempos convalecientes.  Nada más lejos de la realidad. Se me abrieron las carnes cuando le oí decir:” he inventado la arquitectura modular”. Pues nada amigo, tú a tu ritmo. Hubiera colado más haberte denominado padre de la 2ª Revolución Industrial que así, a bote pronto, no tengo ni puñetera idea de quien es y me lo hubiera podido tragar. Por desgracia, si que me acuerdo que esta revolución tiene ya casi dos siglos y que tú, por muy arquitecto inmortal que seas, no la pudiste crear. Todo un ejemplo de abubillus historicus.

Con todo esto, os dejo con una imagen de mi apertura de carnes modulada.


Un besi y recordad que: A quien madruga, Dios abubillea. Así que a dormir, que es verano.

domingo, 24 de junio de 2012

Abubillear


Muchas son las personas que me han pedido una definición precisa de dos de mis palabras favoritas en esta vida: abubilla y abubilleo. Tras cierto tiempo, me he lanzado al vacío y he recogido en este humilde blog una definición digna del término: humilde blog pero definición digna, ojo.
Como digna es esta primera entrada. Cero presentaciones, adentro vídeo:

Abubilla.
(Del lat. *upupella, dim. de upŭpa).
  1. F/M. Estudiante de arquitectura y persona en general que practica el verbo de abubillear. Se caracterizan por hacer ojitos para después utilizar técnicas sobre trabajos ajenos (o propios sobre asignaturas ya aprobadas, que para eso son propias y para eso están aprobadas) como: el control+c, control+v, foto, fotocopia, escaneo o robo de memoria USB ajena. Mirar verbo abubillear.
  2. f. Pájaro insectívoro, del tamaño de la tórtola, con el pico largo y algo arqueado, un penacho de plumas eréctiles en la cabeza, el cuerpo rojizo y las alas y la cola negras con listas blancas, como el penacho. Es muy agradable a la vista, pero de olor fétido y canto monótono.

Ejemplos prácticos:
“…que a fulanito se le acaba de olvidar el pincho en la tienda impresión?... Yo se lo cojo y se lo devuelvo” (me copio todo su pincho)
“… que me gusta esta práctica de construcción?... la abubilleo (nótese la coherente utilización del verbo) echándole unas fotos para la semana que viene traer lo mismo y un poquitín más.”

Abubillear
(Del lat. *robis ajenis veneficius propis.
  1.  Verbo transitivo. Acción y efecto de usar depuradas o no tan depuradas técnicas relacionadas con el abubilleo tras poner ojitos. Hay una segunda variante denominada como fabius abubilleus que se trata de interceptarte por el pasillo y, sin mediar más palabra, preguntarte qué es eso que llevas en la mano. Eso con suerte porque en esta variante también se incluye el “ me acabo de fotocopiar tus apuntes de matemáticas, Albita, Albita”.

Ejemplos prácticos:
“Te acabo de abubillear todo y más”
¡Se me olvidaba! A riesgo de no haber dado con una definición acertada sobre este pestilente arte que representa el abubilleo, he querido ofrecer un ejemplo práctico del mismo con este blog. He abubilleado el nombre y el estilo del blog pero shhhhhhhhhh…..
Y recuerda: abubillea bien y no mires a quién.