miércoles, 3 de octubre de 2012

An idiot abroad


Me juré y perjuré no escribir esta primera entrada del blog hasta encontrar una casa y ser feliz. Y aquí estoy, en mi piso escribiéndoos a todos para que sepáis un poco de mí sin tener que irlo diciendo uno por uno. Han pasado dos semanas desde que aterrizase en Polonia y hay mucha tela que cortar. Tanta, que os pido disculpas si me olvido de los mejores detalles. Haberos venido, abubillas.




Llegué el día 17 tras un vuelo muy normal y un bus exprés desde Cracovia. Express, jajaja y mi culo también.
Tras llegar a la estación de autobuses de aquí y haber comprado el correspondiente pan,  me dispuse a comerme un bocadillo de ese jamón serrano puesto por mi madre cariñosamente en la maleta. Yo me resistí a que mi madre me lo introdujese en la maleta pero las madres son las madres y saben como hacerlo: por imposición. Sin embargo, tengo que decir que ese jamón ha sido un poco mi salvavidas en este país y, por tanto, pasaré a llamarle “salvavidas” en adelante.




Total, que ahí estaba yo dispuesto a prepararme un bocata de salvavidas cuando llegó el primer problema: un señor polaco pidiéndome salvavidas en (a que no adivináis el idioma) POLACO. ¡Horror!… o ¡“masacra”! como dicen por aquí. Tras olisquear mi salvavidas y esperar una respuesta por mi parte que no llegaba, decidió irse. Comprendedme, era mi único recuerdo de mami, no podía entregarlo ante tal chantaje lingüístico: MASACRA!



Sin embargo, después de este primer encontronazo conoceríamos al que nos iba a dar un sitio para dormir durante las siguientes semanas: el gran Piotr ó gran Peter ó gran Karwack o simplemente gran P. Allí estaba él con su bici hecho un sexy chambelán para regalarnos bondad y risas desde el primer momento.
Nos indicó como llegar a su casa por medio de tranvía y allí nos esperaba él a lomos de su bicicleta, aureola de santo incorporada. San Piotr es un tío majo, muy majo de hecho. Tan, tan majo que desearía que todas mis amigas os pudieseis casar con él para que el día de mañana siguiese siendo mi amigo cuando os visitase en vuestra casa de campo. Rubitas y altas al frente, Piotr ha hablado. Aunque si disponéis de una belleza exótica española es posible llegar a un acuerdo. 




Total, que una vez instalados en casa del  chambelán, decidimos salir a festejar nuestra primera noche en la ciudad. Pues no hace falta que os cuente mucho, ¿no?. Pues eso, los chupitos de vodka bien, gracias.
Y a los días llegó nuestro encuentro con su amiga en el súper. Su nombre es Martyna pero su mote es Madre. Y sí, yo también me quedé con el culo torcido al enterarme de que le tenía que llamar como a mi mamá sin ser ella nada de eso.




La historia de los motes aquí es un poco extraña. Pero se resume en que todos tienen uno o dos. Con lo cual es magnífico tener que multiplicar los nombres que te aprendes a veces por tres. Tenemos a Tomek que a veces es Oko, a Piotr con su Karwack, a Martyna con Madre, Jacobo con algo así que se pronuncia como Cuba y a Magda con… agarraos… Shakira. Sí, ya le pregunté el porqué de ese mote. Su respuesta fue: because my hips don’t lie. Enough.


Total que sin comerlo ni beberlo nos plantamos, otra noche, rodeados de un grupo de polaquillos. Todos y todas guapos y guapas y con todas las ganas de pasárselo bien… que no… pillarse un merlote (o beote, en su defecto). La situación era bonita porque llevábamos poco tiempo en la ciudad y ya estábamos en torno a un grupo pero… un grupo polaco… con su propio idioma y eso. Pero: error! Todos sabían hablar inglés. Así que genial.
Entre risas San Peter nos contó la historia de cuando su madre le mandó a por plantas de tomate para el jardín y el trajo una bolsa de tomates. Yo le conté la historia en la que mi madre me mandó a por ajos y traje cebollas y todos se rieron pensando qué gracioso era Peter y que retrasado era yo. Ja.Ja.Ja. MASACRA! Y sí, el tequila dorado con canela y naranja no está mal del todo.




Mientras, pasaba el día buscando pisos que poder habitar. Algunos podríamos decir que no eran habitables sino más bien anidables o pisos en los que poder criar toda una fauna en los colchones. Conocimos a The Old: una anciana entrañable que nos llamó guapos y luego nos la lió un poco prometiendo y no dando nada. Fucking owners: CURVA!
Por otra parte, se acercaban días de estudio para nuestro santo favorito del santoral: Karwack. Así pues, nos tocaba poner carita de pena y decirle que nos queríamos ir prontito de su casa para que pudiese estudiar. Y, cuando todo sonaba a hostal… el hombre maravillas hizo una llamada a otra amiga suya y: TACHÁN, casa por dos semanas!







La chica en cuestión se llama Karolina aunque su mote es Sozci (pronunciado Sochi). Que, para entendernos, es un juego de palabras en el cual una se parece a la otra y por lo visto es como llamarla “chochito” pero no. Sozci se iba al Oktoberfest a trabajar, en Munich, haciendo autostop: una modennna. Así pues, corrimos a la mañana siguiente a conocerla antes de que empezase a parar coches a lo loco. Me parecía educado que viese mi cara antes de darme las llaves de su piso. Cuando llegamos, estaba un poco en modo estrés, recogiendo todo y organizando su viaje. Sin embargo, tuvo un momento de liarse la toalla a la cabeza (mascarilla de pelo aplicada) y hacer un “time to relax” para conversar con nosotros. Es una salá, una chica singular y nuestra segundo santo del santoral. Aún no ha regresado de Munich pero cuando venga le vamos a hacer una fiesta que tendrá por nombre: “Welcome back Soczi, let’s know each other”. De hecho, le he creado un hastag que expresa perfectamente mi amor por su persona #sochipreziosi.



En el piso de Sozci estábamos un pelín más cómodos y sin molestar a nuestro queridísimo Piotr, que diría Esperanza Gracia. La búsqueda continuaba y fue entonces cuando conocimos a Laura-danger-agent. De ella os hablaré en la siguiente entrada del blog, os va a encantar lo que tengo que decir de ella. De momento un spoiler: sospechamos que usaba google traductor para traducir de polaco a polaco.
Y poco más tengo que añadir a esta primera entrada, de momento vais servidos. Os he dejado unas primeras fotillos de la ciudad con las que espero que disfrutéis. Especialmente con una, la de la Macu polaca. Sí, Victoria se llama y es una moza recia y en condiciones que tapaba lugares emblemáticos como Rynek (la plaza del mercado). Ella que lo tape, que puede.